Una ruta turística en moto por la provincia de Guadalajara. Organízala a tu aire.
Castillo de Atienza

Castillo de Atienza


Descripción

La villa de Atienza se puede considerar, sin ánimo de confusión, como una auténtica ciudad museo. Fue en la Edad Media la población más importante de la provincia junto a Sigüenza, supernado en número de habitantes a Guadalajara. Tenía entre sus murallas, además del noble castillo, 16 iglesias, de las cuales todavía perduran un gran número. La riqueza histórica y artística de esta villa ha llenado cientos de páginas. Por sus calles se respira la Edad Media, además de un fresco aire serrano que explica el nacimiento, en los últimos años, de una floreciente industria de embutidos. Los jamones, lomos y chorizos de Atienza, son los más celebrados de la provincia. Sería un delito para el viajero pasear por sus calles y no llevarse de recuerdo una buena ristra de chorizo o un buen jamón. El secado y oreado son naturales y están garantizados.

Otro de los atractivos turísticos que ofrece Atienza son sus tiendas de artesanía y antigüedades en la parte alta de la villa, antes de llegar al famoso Arco de Arrebatacapas. No se debe olvidar tampoco su interesante oferta de restauración.Tanto creció Atienza, debido a su valor estratégico como frontera con las posesiones musulmanas y por ser zona de paso entre las dos Castillas, que en el siglo XII la población de la ciudad superaba el recinto amurallado. Históricamente, debido a estos condicionantes, fue siempre la villa poblada por numerosos arrieros. Y ellos precisamente protagonizaron el episodio que más huella ha dejado en la memoria colectiva la famosa Caballada de Atienza, que desde el siglo XIII cuenta con una cofradía

Para visitar Atienza el viajero debe dejarse perder por entre sus calles. Poco a poco irá descubriendo los rincones artísticos y los templos que sorprenden a la vuelta de cualquier esquina. Todos los monumentos tienen un letrero con la indicación del edificio de que se trata y la práctica totalidad están abiertos al culto o tienen un horario de apertura que coincide con el resto de los museos de España.

Antes de analizar los monumentos de índole religiosa, se dirá que en Atienza hay algunos edificios civiles de gran interés, como la Casa del Cordón en la calle Héctor Vázquez, así denominada por el motivo decorativo que aparece en el dintel de la puerta principal. En este edificio se encuentra un interesante y moderno  Museo Provincial de Etnografía que sin duda hay que visitar detenidamente. La artesanía popular de la provincia de Guadalajara recogida en una exposición permanente. La tradición y la vanguardia en una armonía imprescindible. El conjunto de la Plaza del Trigo, con los soportales castellanos y su famoso balcón con arco en la esquina, es por si sólo un conjunto irrepetible; el Ayuntamiento y su fuente barroca o el famoso Arco de Arrebatacapas que sirve de entrada a la Plaza del Trigo. Pero de todos ellos el más destacado es su castillo, construido encima de una roca en la parte alta de la ciudad.

El castillo de Atienza está en lo alto de un empinado cerro sobre los restos de una alcazaba mora. Su estampa se ha hecho mundialmente famosa debido a la serie  Juego de tronos.  En el centro del edificio se abren dos profundos aljibes que sirvieron en sus tiempos para coger el agua de la lluvia y ayudar a sus habitantes a soportar los asedios. La torre del Homenaje surge en la esquina del mediodía. Desde lo alto del castillo se ve perfectamente la distribución de la muralla, dividida en dos cintos que en su día cerraban la villa. Del primero, que abrazaba el corazón del pueblo, se ven algunos paramentos de sillería y algunos portones, entre ellos el famoso de Arrebatacapas. Por fuera de esta primera muralla se ve la otra, más ancha y que cogía todo el entorno de la villa.

La parroquia principal del municipio es la Iglesia de San Juan del Mercado, así llamada porque estaba en la antigua plaza donde se asentaba el Mercado, la famosa Plaza del Trigo tras el arco de la muralla. Es obra barroca de finales del siglo XVII, a un paso del posterior estilo churrigueresco, característico por su excesivo recargamiento, pero sin llegar a serlo.

Pero lo que está convirtiendo en los últimos años a Atienza en una ciudad artística sin parangón en la provincia, son sus museos, o mejor dicho sus tres iglesias-museo. Se trata del Museo de San Gil, situado en la iglesia del mismo nombre,  el de San Bartolomé y el de la Santísima Trinidad, donde se exponen muchas de las piezas artísticas de gran valor que había en el pueblo, en el mismo lugar, o parecido, para el que fueron creadas, las iglesias. Compaginando, como en el caso de San Bartolomé, el culto en el templo con la exposición de obras de arte y de restos arqueológicos y paleontológicos.

Galería de imágenes




Fuera de ruta

Saliendo de Atienza, en dirección hacia Soria, es decir cogiendo la carretera a mano derecha en el cruce que hay en la parte baja del pueblo, se inicia una entrañable ruta a través del arte románico más antiguo de la provincia. Todos los pueblos que se encuentran y hacia los que hay un pequeño desvío de acceso, poseen en sus templos vestigios del llamado románico rural. Son pueblos pequeños, poco habitados y extendidos a lo largo de la recia Sierra de Pela, que tienen en sus iglesias la única seña de identidad digna de ser recordada y visitada.

Otra sugerencia fuera de ruta es visitar los saladares de la cuenca del río Salado. Un conjunto ambiental y en ocasiones arquitectónico, como el caso de Imón, Olmeda y Santamera, de salinas milenarias que durante siglos favorecieron en esta zona el comercio. Al salir de Atienza, rumbo a Sigüenza, podemos tomar el desvío que a la izquierda nos conduce a Cincovillas, Alcolea de las peñas, Tordelrábano y Paredes de Sigüenza y contemplar parte de este paisaje salino, así como unas localidades que se diría paradas en el tiempo.

Volviendo a la carretera nos dirigimos a Imón, donde podemos encontrar el primer conjunto arquitectónico salino de gran valor, además de una interesante oferta hostelera y de balnearios rurales de gran prestigio. Desde allí nos podemos acercar a Santamera, donde también se conservan restos de la antigua salinera. Al final del pueblo, una pista nos lleva a la cola del pantano de El Atance caminando entre cárcavas y buitreras. Siguiendo rumbo a Sigüenza encontraremos el desvío a mano izquierda hacia Riba de Santiuste y su impresionante castillo roquero, nuestra próxima parada.